A pesar de que ha dejado de ser noticia en la mayoría de los periódicos y en la televisión, el conflicto entre Ucrania y Rusia, aún continúan las víctimas. Sin embargo, quienes más sufren son los evangélicos. Pero contrariamente a lo que ocurre en muchos países, los perseguidores no son musulmanes, sino la mayoría de los cristianos ortodoxos.
Ucrania tiene el mayor porcentaje de evangélicos en Europa del Este y los más recientes casos de persecución muestran que los ataques provienen de la Iglesia Ortodoxa Rusa.
En septiembre, Sergei Litovchenko, un pastor adventista fue secuestrado por hombres armados mientras realizaba un servicio en su iglesia en la ciudad de Horlivka. Hombres armados con ametralladoras y con uniforme de camuflaje interrumpieron el culto, los miembros fueron obligados abandonar el lugar.Los católicos también están sufriendo.
Desde entonces el pastor Sergei no ha sido visto de nuevo. Los militares de Horlivka mandaron a decir: “Este es un territorio ortodoxo y aquí no hay lugar para diversos cultos”. Ellos abogan para que les entreguen la región y la controle Rusia.
John Graz, director mundial del Departamento de Deberes Cívicos y Libertad Religiosa, emitió un comunicado oficial diciendo: “La Iglesia Adventista del Séptimo Día no está involucrado en la política, y no entiendo por qué sería atacada”.
Se estima que en el este de Ucrania, donde son más intensos los enfrentamientos entre separatistas y las fuerzas gubernamentales han provocado más de 3.500 víctimas desde abril. La mayoría de los separatistas pro rusos afirman que sólo hay espacio para la fe ortodoxa.
Varias iglesias evangélicas han sido atacadas, más no ha habido víctimas por el momento.
Peter Dudnik, pastor de la iglesia evangélica más grande en la ciudad de Slavyansk, está convencido de que el conflicto en la parte oriental de Ucrania puede convertirse en una guerra religiosa. “Los separatistas [pro-rusos] creen que la Iglesia Ortodoxa es más que cualquier otra iglesia. Además, dicen que los evangélicos son espías estadounidenses y los Estados Unidos es el enemigo”.
Dudnik dice que su iglesia fue invadida por insurgentes armados y que la convirtieron en una especie de cuartel. Para su sorpresa, dos sacerdotes ortodoxos, entre ellos uno llevaba un arma. Advirtieron que la iglesia ahora les pertenecía y que harían sus servicios religiosos allí.
Los sacerdotes ortodoxos no sólo se apoderaron de la iglesia, Dudnik dice que los rebeldes utilizaron el sótano para el almacenamiento de cohetes, armas, balas y otras municiones. Dos tanques de guerra fueron estacionados en el patio de la iglesia.
Horrorizado, Dudnik también dice que “los sacerdotes ortodoxos están proporcionando apoyo espiritual, bendiciendo la misión [de los rebeldes], orando por ellos. Hay videos en YouTube de sacerdotes ortodoxos que bendicen los tanques antes de ir a la batalla”, dijo Dudnik. La situación se prolongó durante tres meses, hasta que el ejército ucraniano logró recuperar el control de la ciudad y regresó la iglesia al pastor Dudnik.
En Donetsk, la Iglesia Palabra de Vida, dirigida por el Pastor Leonid Padun fue invadida por los rebeldes donde se realizaron cultos prohibidos. Recientemente escribió en su blog personal: “¡Yo creo que estos momentos de sufrimiento nos harán más fuertes en la fe, nos refinaran para cambiar nuestro carácter, y hacernos más como Cristo. […] Dios todavía tiene muchas cosas buenas a su iglesia, a nuestra ciudad y nuestro país!”.
Una reciente investigación del New York Times reveló la relación entre la Iglesia Ortodoxa Rusa y los rebeldes pro-ruso. La Human Rights Watch, una organización no gubernamental de derechos humanos, informó de varios casos de detención arbitraria y tortura de líderes cristianos que han sido ignorados por los medios de comunicación.
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