lunes, 11 de enero de 2016
Los detalles que se conocen del masivo y organizado ataque contra mujeres que tiene indignada a Alemania
"Nos las arreglamos para ir a la catedral, pero queríamos llegar más allá del Museo Ludwig para unirnos a todo el mundo y ver los fuegos artificiales junto al río. Pero de pronto fuimos rodeadas por un grupo de entre 20 y 30 hombres".
Es el testimonio de Michelle, una de las víctimas del ataque masivo contra mujeres que tuvo lugar en la ciudad de Colonia durante las celebraciones de Año Nuevo y que tiene a Alemania indignada.
Ha pasado una semana desde aquellas agresiones que la policía cree fueron organizadas de antemano y ya hay sospechosos. Dos hombres que fueron detenidos fueron puestos en libertad sin cargos.
Este viernes el suceso se cobró también su primera víctima política con la destitución del jefe de la policía de Colonia, Wolfgang Albers.
Además, las autoridades alemanas confirmaron que entre la treintena de sospechosos identificados, hay 18 que serían solicitantes de asilo.
Poco a poco están saliendo a la luz nuevos detalles sobre lo ocurrido.
Al menos hay dos denuncias por violación y más de cien por agresión sexual y robo.
A continuación BBC Mundo te cuenta todo lo que se conoce hasta ahora.
"Nos agarraron de los brazos, trataron de quitarnos la ropa para llegar entre nuestras piernas (...) y llevarse todo lo que teníamos en los bolsillos", le explica Michelle a la corresponsal de la BBC en Alemania, Jenny Hill.
Otra joven británica de 17 años cuyo nombre no se ha hecho público fue testigo de una situación similar la Nochevieja pasada en la explanada frente a la estación de Colonia, la cuarta ciudad más grande de Alemania y la más poblada del Estado federado de Renania del Norte-Westfalia.
Estaba allí con su novio.
"Oímos a una mujer gritar y llorar en algún punto entre la multitud, al parecer mientras trataba de escapar de un hombre extranjero", le dijo a la BBC.
"(El hombre) también le gritaba, la señalaba y la perseguía junto a sus cómplices", contó.
Pero no fue eso todo lo que vio.
"Luego vimos a dos hombres arrinconar mujeres en la catedral y tocarlas mientras ellas pedían auxilio y luchaban con ellos", recordó.
Y hacia las 2 de la madrugada, cuando ella y su novio volvieron a la estación, vieron que la situación había empeorado.
"Las peleas habían aumentado, la gente borracha lanzaba botellas sin rumbo y temía que alguna me diera", dijo.
Mujeres que se encontraban entre esa misma multitud han denunciado tocamientos y otras agresiones sexuales, además de robos.
Y dos de ellas dijeron a la policía haber sido violadas.
En base a testimonios como la de las dos jóvenes, la policía de Colonia cree que los ataques fueron premeditados.
Así lo reconoció también el ministro de Justicia alemán, el socialdemócrata Heiko Maas, a la televisión pública ZDF.
"Todo el asunto parece haber sido acordado (de antemano)", dijo.
"Algo así no surge de la nada. Tiene que haber alguien detrás".
Y añadió que es eso lo que ahora las investigaciones están tratando de esclarecer.
Aunque declaró que, sea como sea, es "una nueva forma de criminalidad organizada".
De acuerdo con la policía de Colonia, un millar de hombres se reunió primero en la explanada frente a la estación de la ciudad.
"Muchos estaban borrachos y eran agresivos", detalla la policía en su página web.
Y después se separaron en grupos de entre 20 y 30 para llevar a cabo ataques.
La policía también dio información sobre el modus operandi de estos grupos formados por una veintena o treintena de hombres.
Lo que hicieron fue rodear a mujeres, incluso a aquellas que se encontraban con sus parejas, explicó el jefe de policía Wolfgang Albers.
Después les arrojaron fuegos artificiales casi al cuerpo, "para generar caos y distracción".
En varios casos los atacantes también utilizaron una llave para reducir a las víctimas.
Según describió la policía, el atacante se colocaba delante de la mujer, la rodeaba con su pierna, y la empujaba.
De esa manera, la víctima caía al suelo y el agresor aprovechaba ese momento para robarla.
En Colonia 121 mujeres denunciaron haber sufrido una situación así y haber sido "toqueteadas, acosadas y agredidas sexualmente, y robadas", informó la policía.
Pero también se registraron ataques del mismo perfil, aunque menos numerosos, en al menos otras tres ciudades alemanas: Hamburgo, Stuttgart y Düsseldorf.
En Hamburgo, una ciudad norteña que conforma su propio estado federado, 40 mujeres denunciaron haber sido víctimas de agresiones similares.
En Düsseldorf, la capital de Renania del Norte-Westfalia —Colonia es la más poblada, pero no la capital—, la policía recibió 11 denuncias.
No hay información sobre las denuncias presentadas en Stuttgart, la capital del estado federado alemán Baden-Wurtemberg y puerta de entrada a la Selva Negra.
En Colonia también han identificado a sospechosos de haber participado en las agresiones masivas: una treintena de hombres, según la policía de esa ciudad.
Según la policía, tenían entre 18 y 35 años, y por su apariencia eran "del norte de África o de países árabes", algo que ha desatado toda una polémica que está salpicando la política migratoria de la canciller Angela Merkel.
Dos hombres fueron detenidos y posteriormente puestos en libertad sin cargos. Los sospechosos están siendo investigados.
Así lo confirmó el ministro del Interior de Renania del Norte-Westfalia, Ralf Jaeger.
Dijo que espera tener un informe policial "muy detallado" esta misma semana.
Lo que ahora está haciendo la policía es revisar las imágenes de circuito cerrado de aquella madrugada y los videos que grabaron con sus celulares los presentes en la plaza de la estación de Colonia.
En ellas buscan evidencias que puedan probar que los sospechosos estuvieron allí y cometieron personalmente los crímenes.
Esa es, según el abogado penalista Nikolaos Gazeas, basado en Colonia, la única forma de que alguien sea juzgado y condenado por los hechos.
Hay que probar una responsabilidad personal, ya sea por medio de una evidencia en una video o porque lo señalen los testigos.
"Es el problema de los crímenes cometidos en grupo", le dijo al medio alemánDeustche Welle.
"Las probabilidades de que incluso uno solo de los perpetradores sea condenado son pequeñas".
Que los ataques tuvieran lugar en un espacio público, en una de las mayores ciudades del país, en un momento en el que la presencia policial en las calles es mayor que en otras épocas ha generado críticas.
Ello ha precipitado la destitución del jefe policial de Colonia, Wolfgang Albers.
La crítica que más ha resonado ha sido la del ministro federal del Interior, Thomas de Maizière.
Éste condenó con dureza el papel de la policía de Colonia —dependiente del gobierno regional— la madrugada de Año Nuevo.
"No puede ser que se desalojara la plaza de la estación y que después tuvieran lugar los sucesos. La policía no puede trabajar así", dijo.
Y la Unión de la Policía Alemana (DPoIG, por sus siglas en alemán) ha mostrado su rechazo a esta opinión.
"No creo que sea un buen estilo que el ministro critique en público a policía", dijo en ese sentido el presidente del sindicato, Rainer Wendt.
Pero la policía no ha sido la única a la que le han llovido las críticas.
La alcaldesa de Colonia, Henriette Reker, también ha recibido su parte después de que diera varios consejos a las mujeres para ese tipo de situaciones.
"Siempre es una posibilidad mantener una cierta distancia, de más de un brazo. Y no acercarse mucho a personas extrañas o con quienes no se tiene una buena relación de confianza", señaló.
Y recomendó también permanecer siempre en grupo y no irse "con uno o con otro" al dejarse llevar "por la euforia de la fiesta".
El suceso también ha salpicado a la política migratoria de la canciller Angela Merkel.
Grupos de ultraderecha que se oponen a ella, como Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Pegida, por sus siglas en alemán), han utilizado a su favor que la policía haya dicho que los sospechosos "parecen ser del norte de África o de países árabes".
Y movimientos populistas como el partido Alternativa para Alemania (AfD) han visto los ataques como una confirmación a su tesis antimigratoria.
"¿Ya es Alemania lo suficientemente multicolor y abierta al mundo para usted, señora Merkel?", le dijo a la canciller la líder de AfD, Frauke Perry, responsabilizándola de alguna manera por lo sucedido.
"Lo que ocurre en las plataformas (digitales) de la ultraderecha es cuanto menos tan atroz como los asaltos a estas mujeres", reclamó por su parte el ministro del Interior de Renania del Norte-Westfalia, Ralf Jaeger.
"Esto está envenenando el clima de nuestra sociedad".
Pero incluso miembros del partido de la canciller, la Unión Cristiana Democrática (CDU, por sus siglas en inglés), empezaron a hablar de medidas migratorias inmediatamente después de los ataques.
"Se necesita urgentemente: reducir el flujo (de inmigrantes), asegurar las fronteras, intensificar las deportaciones y justicia significativa", escribió en su cuenta de la red social Twitter el diputado de la CDU Stephen Bilger.
El año pasado Alemania recibió 1,1 millones de refugiados, según la cifra actualizada del Ministerio del Interior.
El ministro de Justicia, Heiko Maas, también pidió prudencia antes de empezar a juzgar.
Aunque también señaló que los culpables tendrán que enfrentar la cárcel o, si corresponde, la deportación.
Otro ministro, el de Interior, De Maizière, pidió no estigmatizar a los refugiados, pero "que el origen de estos no se convierta en un tabú en aras de la corrección política".
"Algunos de ellos quieren crear cuotas para los refugiados, otros quieren aumentar el cupo para los solicitantes de asilo y estos polos también existen entre la opinión pública alemana", le dijo una mujer llamada Tanja a la periodista Dana Regev, del medio alemán Deustche Welle.
"Es algo positivo que al final del día te llegen estas opiniones que equilibran unas a otras", añadió.
"¿Pero sabes a quién se olvida al final del día?", preguntó.
"A las propias mujeres. Aquellas que seguirán viviendo esto cuando los medios se hayan ido".
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