miércoles, 20 de julio de 2016

Fracaso de golpe militar en Turquía tiene consecuencias proféticas

La mayor parte de la prensa no dio una cobertura coherente de los acontecimientos en Turquía, más bien se informó sobre un intento de socavar la democracia, cuando era todo lo contrario. Hay varios videos que muestran a la mayoría de la gente celebrando la salida del presidente Recep Tayyip Erdogan. Muchos de los soldados acusados ​​del intento y fracasado “golpe” militar más adelante dijeron que pensaban que estaban participando en un ejercicio militar.

Después del intento de intervención que no funcionó, Erdogan está con aún más potencia. Los expertos creen que él permitió el levantamiento militar y fue por eso que estaba “estratégicamente” fuera del país cuando ocurrió.
Después de que las tensiones se calmaron, él regresó al país y una de sus primeras declaraciones fue: “Este levantamiento, este movimiento es un gran presente de Alá para nosotros. Porque el ejército será limpio”. La asociación religiosa no es algo menor.
El conflicto de los últimos días tiene que ver con tratar de islamizar el país, hecho por el grupo radical de Erdogan. Uno de los motivos para derrocar al presidente es su relación con los terroristas del Estado Islámico.
Hay evidencia de que Turquía compró le petróleo a ellos y los ayudó a armarse contra el gobierno de Bashar Al Assad.
La tendencia actual es que Turquía implante las leyes islámicas de la sharia definitivamente, como se propone el AKP (Partido de Justicia y Desarrollo), al cual él pertenece.
Las facciones del ejército que surgieron son líderes laicos, que denunciaron la islamización progresiva de las Fuerzas Armadas de Turquía. Al mismo tiempo, desde las mezquitas se escuchó la exhortación al pueblo a salir a las calles para que apoyaran al presidente.
Nombramiento como nuevo “califa”
Existe la idea de reanudar el califato, el liderazgo político y religioso de los musulmanes. En árabe, califa significa ‘sucesión’ y se refiere a un sistema de gobierno implementado después de la muerte del profeta Mahoma en el año 632.
Luego, el califa es, literalmente, el sucesor del profeta y líder de la comunidad mundial de los musulmanes. Tiene el poder para imponer la ley islámica (sharia) en las tierras controladas por el islam. Después los representantes de las comunidades musulmanas deben jurar lealtad a él.
Ahora, el jeque Yusuf Qaradawi, líder de la Federación Mundial de Sabios Musulmanes, que representan a los musulmanes sunitas, la mayor rama del Islam, anunció que jura lealtad a Erdogan, según Shoebat.
En una carta abierta, él afirma: “Alá está contigo y toda la prensa árabe y los países musulmanes están con ustedes … todos los sabios musulmanes procedentes de los cuatro rincones del mundo, estamos con ustedes. El ángel Gabriel y el Justo [Ali, el primer califa] están con usted. Después de eso, se dará a conocer a todos los ángeles “… Lidero a Turquía como usted quiere y cómo queremos … estaremos con usted dándole fuerza y ​​vamos a apoyar a su partido y sus seguidores como Alá nos instruyó”.
Este año, Estambul acogió la reunión de más de 30 líderes de las naciones islámicas y representantes de otros 56 países. La reunión de la Organización de Cooperación Islámica (OCI), tenía como objetivo “superar las diferencias” y “unir la fe” de un billón y medio de musulmanes. Cuando se abrió la reunión, el presidente turco hizo un discurso frente a la necesidad de proximidad de los que profesan la fe en el Corán.
En 2006, los Estados Unidos ya poseían informes detallados sobre un plan para la radicalización de las fuerzas islámicas destinadas a restablecer el califato global. Al revelar esto, el ex presidente Bush fue ridiculizado por la prensa.
A finales del año pasado, la idea de la proclamación de Erdogan como el nuevo califa fue ampliamente difundido. El principal obstáculo parece ser la existencia de otro califato, proclamado en 2014 por el Estado Islámico. Sin embargo, con sus frecuentes derrotas, el grupo tiende a perder su poder pronto.
Su máximo líder, Abu Bakr al-Bagdadi, no es visto en público desde hace meses y hay rumores de que murió en un ataque por drones. En Turquía, en algunos lugares el presidente Erdogan se llamó una vez “mensajero de Alá”, un título que está reservado para Mahoma.
¿El retorno del Imperio Otomano?
Quien conoce la realidad del país, sabe que Erdogan está en el poder desde 2003, tiene actitudes típicas de un dictador. La prensa vive bajo la censura. Los oponentes políticos son constantemente perseguidos. El término “neo-Otamanismo” ya existe y se utiliza con frecuencia por analistas internacionales.
Después de 12 años como primer ministro, Erdogan fue elegido presidente en 2014. Desde entonces busca cambiar la Constitución para darle a él poderes de jefe de gobierno y continuar como un hombre fuerte de Turquía. El líder turco ha indicado en varias ocasiones que su objetivo es restaurar el Imperio Otomano, que duró 400 años (1517-1917).
Con la mezcla de la religión islámica en las decisiones políticas, Turquía no se avergüenza de mostrar al mundo su cara más radical. Hace dos años, hospedó lo que fue llamado por los expertos en la profecía bíblica la “Confederación del Anticristo”.
El jeque Yusuf al-Qaradawi, presidente de la Unión Internacional de los Sabios Musulmanes, que representan el mayor grupo de eruditos musulmanes de todo el mundo, dijo: “A diferencia de lo que era en el pasado, el califato de hoy debe ser establecido a través de un número de estados, que se rige por la sharia, y con el apoyo de las autoridades y el pueblo en la forma de una federación o confederación”.
Las fuerzas armadas de Turquía, reúnen 510.000 soldados, el segundo mayor ejército de la OTAN, después de Estados Unidos. Están considerados como uno de los mejores capacitados en el mundo, según el último informe del Instituto Mundial de Reflexión Estratégica IISS.
Los estudiantes de la profecía en general, apuntan a Turquía como el centro de unión de las naciones que se unirá contra Israel en la guerra de Gog y Magog. Desde que asumió el poder, Erdogan ha mantenido estrechas relaciones con Rusia e Irán, países que también representan una amenaza contra el Israel moderno. Una de las recientes promesas de Erdogan y el primer ministro, Ahmet Davutoglu, es justamente retomar Jerusalén.

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