Fue entonces cuando la futura madre comenzó a sentir un fuerte mareo y poco después, náuseas. Su malestar empeoró hasta que se desmayó. El equipo médico actuó con rapidez, pero el ritmo cardíaco y la presión arterial bajó.
sábado, 23 de julio de 2016
Madre resucita después de morir en el parto
Melanie Pritchard posee una historia muy inspiradora y revela la bondad y la misericordia de Dios en tiempos difíciles. Se puede considerar que la joven fue salvada por un milagro divino. Todo comenzó durante su segundo embarazo. Junto a su marido, Doug, ella llegó al hospital con ocho meses y medio, de pie con señales vitales estables y que pronto podría dar a luz.
Fue entonces cuando la futura madre comenzó a sentir un fuerte mareo y poco después, náuseas. Su malestar empeoró hasta que se desmayó. El equipo médico actuó con rapidez, pero el ritmo cardíaco y la presión arterial bajó.
En ese momento, los médicos advirtieron que iba a ser un parto de emergencia porque los signos vitales de bebé también habían caído, por lo que la situación sólo empeoró. Fue cuando se anunció la muerte clínica de Melanie.
De acuerdo con Doug, él sólo podía pensar en una cosa: Orar. Por más que trató de ver las cosas desde otro punto de vista, su esposa había muerto. Pero incluso en este escenario, creía que un milagro podría curarla.
Él recuerda estas palabras hasta el día de hoy.
“Señor, sé que esto es más de lo que puedo soportar, lo que significa que tienes un plan y un propósito para todo. Confío en ti, pero por favor, si es tu voluntad, permíteme abrazar nuevamente a mi esposa”, dijo.
La oración fue transmitida a la familia y también a los amigos que los instaron a orar también y esto generó una corriente viral en Internet. En medio de esto, Gabriela nació, que curiosamente significa “mujer fuerte de Dios”. Con la niña, también llegó la buena noticia: Melanie había sobrevivido. Resulta que, según los médicos, ella quedaría con secuelas graves.
Los médicos dicen que, debido a las complicaciones de la cesárea, Melanie pasó por una cirugía muy complicada y que era una única oportunidad. Al llegar a la mesa de operaciones, presentaba un estado preocupante, que se aminoró cuando vio una foto de Gabriela.
Un día después de la cirugía, Melanie fue capaz de respirar mejor y sin necesitad de aparatos. Plenamente consciente, conoció a su hija, vio a su marido y Brady, su otro hijo. En cuestión de semanas, ella estaba en casa y completamente curada. Los médicos declaran que no hay explicación científica completamente probada para explicar la mejora repentina e inesperada. Dos años después de casi morir, ella agrade a Dios: “Oro todos los días para agradecerle”.
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