Los británicos fueron llamados a decidir dónde quieren estar en el mundo y este viernes, tras votar en un inédito referendo el día anterior, decidieron que su lugar está fuera de la Unión Europea (UE).
Tras un dramático conteo, estos son los resultados oficiales:
Votos a favor del Brexit: 17.410.742
Votos a favor de permanecer: 16.577.342
Total de votos: 33.577.342
Participación: 72%
El resultado es un terremoto político, tanto para Reino Unido como para la UE, y puede tener efectos muy profundos para todos los países implicados, que entran en un territorio inexplorado.
Es la primera vez que un país decide dejar la UE desde su creación, en 1992(como antecedente solo existía el caso de Groenlandia, un pequeño territorio de 56.000 personas, que abandonó la Comunidad Económica Europea -predecesora de la UE- en 1985).
Las primeras consecuencias fueron el anuncio de dimisión del primer ministro británico, David Cameron, que se concretará antes de octubre y la caída abrupta de la libra esterlina a su nivel más bajo desde 1985.
Lo primero que hay que señalar es que el resultado del referendo no es vinculante.
El primer ministro, David Cameron, podría decidir remitir la cuestión al parlamento británico, que es soberano.
Pero ignorar la voluntad expresada en el referendo es considerado como un suicidio político.
Aunque esta es sin duda una decisión histórica, Reino Unido no deja de ser miembro de la UE en forma automática.
El proceso para abandonar el bloque está contemplado en el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que fija dos años para negociar las condiciones de la salidade uno de sus integrantes.
Mientras, los tratados europeos se siguen aplicando.
Si en ese periodo no logran un acuerdo, el plazo puede extenderse, pero solo si hay acuerdo unánime de los otros 27 socios de la unión.
Si, en cambio, no hay acuerdo, el país que quiere salir pasa a depender de las reglas de la Organización Mundial de Comercio para comerciar con otros países.
El reloj de los dos años no empieza a contar hasta que Reino Unido no comunique formalmente su decisión de abandonar la UE al Consejo Europeo.
Pero dado que se trata de un proceso inédito, los plazos y el procedimiento podrían cambiar.
Incógnitas
Es demasiado pronto para saber cómo será el proceso con detalle, entre otras razones porque hay dos grandes incógnitas políticas:
Qué gobierno va a liderar en Reino Unido el proceso de salida de la UE tras el anuncio de dimisión del primer ministro, David Cameron. Cameron anunció un nuevo liderazgo conservador para el congreso del partido, en el mes de octubre. Lo más probable es que tome las riendas alguna de las figuras en el campo del "Leave".
La reacción de los líderes europeos. De ella dependerá si la UE adopta una postura más o menos dura a partir de ahora en las negociaciones. Los líderes europeos están preocupados por las repercusiones que puede tener este resultado en otros países miembros y querrán dar una imagen de unidad.
Ni Reino Unido ni la Unión Europea han atravesado nunca un camino como este.
La vida de los británicos puede cambiar profundamente a partir de este resultado, 43 años después del ingreso del país en la Comunidad Económica Europea.
También la vida de los casi tres millones de migrantes europeos que viven en Reino Unido puede verse afectada.
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