De acuerdo con un informe de Journal of Research on Religion, “la religión en los Estados Unidos hoy en día aporta un total de 1.2 billones de dólares para nuestra economía y la sociedad”.
La fe basada en iniciativas, como iglesias, organizaciones benéficas, y artistas cristianos hacen unos 378 millones de dólares, la mayor parte de los cuales proviene de diezmos y ofrendas.
Pero las empresas de fe como Hobby-Lobby y Chick-fil-A también contribuyen a miles de millones.
Para ponerlo en perspectiva, si EE.UU. fuera la nación de la religión, sería la economía decimoquinta entre las mayores del mundo.
“Las congregaciones, las empresas basadas en la fe, instituciones y organizaciones benéficas basadas en la fe fortalecen nuestra economía, crean comunidades y familias, levantan a la gente en tiempos de necesidad en una manera que ninguna otra institución o gobierno hace”, dice el informe.
El informe llega en un momento en que hay esfuerzos continuos para sacar a la religión fuera de la sociedad americana.
Brian Grim, presidente de la Fundación Libertad Religiosa y Negocios, argumenta que este informe muestra que la religión tiene un impacto más grande de lo que alguna vez pensaron los estadounidenses.
“¿Necesitamos saber (valor socioeconómico) con el fin de apreciar el valor de la fe? Por supuesto que no”, dijo él a Deseret News. “Sin embargo, en una época en la que menos personas se levantan en las congregaciones religiosas, tenemos que mostrar una perspectiva más equilibrada en la fe de lo que podría venir a través de los titulares de los diarios”.