Un estudio presentado la semana pasada en el Congreso Brasileño de Psiquiatría en Florianópolis, Santa Catarina, muestra que la fe es beneficiosa para la prevención y tratamiento de enfermedades.
La Asociación Mundial de Psiquiatría (WPA) reconoció el estudio en una posición que se publicará el año que viene y se divulgará en “World Psychiatry”.
El profesor de la Universidad Estatal de Bowling Green en Ohio (Estados Unidos), Kenneth Pargament dice que por los estudios ya realizados relacionados con la fe y los tratamientos médicos, es posible ver que las personas que están encerradas en una lucha con el espíritu están en mayor riesgo de depresión, trastorno bipolar y mortalidad en general.
“Todos nos enfrentamos a la adversidad en nuestra vida, pero eso no significa que no tenemos opciones. La investigación muestra que se sienten enojados con Dios, se consideran castigados, poco ayudados y cuestionan si la vida importa, son factores que conducen al estado empeoramiento de la salud mental, así como la disminución de la calidad de vida”, dijo.
También de acuerdo con él, los niveles “altos de dificultades espirituales se asocian con una mayor probabilidad de ansiedad, estrés postraumático y disminución de inmunidad”.
Cuando el paciente tiene una actitud positiva hacia el tratamiento, el resultado es mucho mejor. La fe también sería uno de los motivos de por qué las personas cuidan mejor sus cuerpos y adoptan un estilo de vida saludable.
Reconocer la importancia de la relación entre la salud, la religiosidad y la espiritualidad es importante para la profesión médica como dice el psiquiatra Alexander Moreira-Almeida, director del Centro para la Investigación sobre la Espiritualidad y la Salud (Nupes) de la Universidad Federal de Juiz de Fora (UFJF ).
Sin embargo, el psicólogo y profesor de la Universidad Estatal de Bowling Green, Kenneth Pargament, va más allá y dice que, además de estimular el retorno de la actividad física, es importante fomentar el retorno a la espiritualidad.
“Lo que tenemos que hacer es animarles a tener acceso a todos los recursos para hacer frente a la enfermedad. Si se estimula el retorno a la actividad física, ¿por qué no recurrir a la espiritualidad?”, se preguntó.
Cuando se preguntó si el hecho de que la persona que niega la existencia de Dios trae daños a la salud, Pargament dice que los ateos tienen recursos espirituales de naturaleza no teísta.
El psicólogo también comentó sobre el extremismo religioso: “Se hace una gran diferencia en la naturaleza del Dios en el que cree. Si usted piensa que tiene un gran paraguas, capaz de albergar todo tipo de personas, es menos probable que surja el odio. Si usted cree en un Dios pequeño que protege sólo al elegido, allí existe el terrorismo. Todo depende de si, por ti, Dios es más amplio y más poderoso que eso”.
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