Es difícil interpretar la psiquis del
ser humano, profunda compleja, insondable. Si bien es cierto que el ser humano
tiene el cerebro más avanzados entre los seres vivos, también lo es que muchas
personas no son lo que podríamos llamar “brillantes” aunque hay muchos genios y
muchos ingeniosos que al verlos hacen que uno este orgulloso de pertenecer al género
humano.
Toda esta reflexión viene porque muchos países
están eligiendo como gobernantes a personajes poco brillantes por no decir abiertamente
brutos, cuya única demostración de brillantez ha sido la de deducir a las
multitudes para que voten por ellos.
No importa que la historia enseñe que el
final de estas aventura populistas sea siempre un desastre para los países que
se meten en ella, siempre hay suficientes votantes que ejercen el sufragio con
las vísceras y no con su cerebro, claro después vienen los lamentos, las
escusas y el señalar a otros como los culpables del fracaso.
Los alemanes eligieron a Adolfo Hitler y esta
aventura le costó al mundo más de 60 millones de muertos, Alemania fue reducida
a cenizas.
Los venezolanos eligieron a Hugo Chavez y
Nicolas Maduro y ahora su economía es peor que la de cualquier país africano.
Pero a pesar de estos ejemplos claros vemos
que en España tienen a Pablo Iglesias quien es capaz de recibirle dinero al
mismo diablo para financiar a PODEMOS y cuya agenda es la misma de Chavez y
Maduro, aun así Podemos recibe tantos votos como para ser determinante en la conformación
del nuevo gobierno español, por ahora la mayoría de los españoles saben de qué
veneno va provisto el aguijón de Iglesias pero la estupidez de las masas es impredecible.
Lo de Donald Trump en Estados Unidos es
parecido, aunque con sus características culturales y regionales. Donald Trump
es un radical de ultra derecha, lo cual es casi lo mismo que un radical de
ultra izquierda. En el ánimo de estos líderes solo hay un hambre insaciable de
poder, de dominio sobre los pueblos, el discurso es solo una herramienta, un método
para asaltar al poder.
La humanidad se desliza en este siglo 21
hacia el abismo del populismo, la gente busca ídolos, dioses humanos en los
cuales creer así estos los humillen y los aplasten, pareciera una enfermedad
mental, una carencia afectiva de las masas idiotizadas por tanta droga, tanta
comida chatarra, tanta tv basura y tanto hedonismo degradante e inútil.
Pronto veremos en muchos otros países aventuras
como la de Adolfo Hitler, la agente esta hambrienta de líderes y mesías, buscan
quien les resuelva sus problemas mientras ellos se ocupan de verlo por tv. No
quieren que los saquen de su comodidad, y quieren todo barato o gratis. En Los
Estados Unidos por ejemplo la gente quiere que ya no entren inmigrantes, no
quieren ver más negros ni latinos caminando por sus barrios y si alguien los
saca del país mucho mejor para muchos gringos.
Hay que alertar sobre esta moda perversa de
los mesías modernos.
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