viernes, 15 de abril de 2016

Secta apocalíptica renace en Europa, amenazando seguridad

 
Una secta que aterrorizó a Japón en 1995 está tratando de resurgir en Europa, por lo que está llamando la atención de las autoridades locales.
El Aum Shinrikyo (la traducción literal significa “verdad suprema”) afirma que el mundo terminará en una Tercera Guerra Mundial y que sólo sus miembros sobrevivirán.
Recientemente Rusia ha invadido una serie de propiedades asociadas con el grupo y ha detenido al menos a diez personas.

El mes pasado fueron las autoridades de la república yugoslava de Montenegro que expulsaron a 58 extranjeros sospechosos de ser miembros de la secta.
Las autoridades están preocupadas por el crecimiento de Aum, debido a la extrema violencia practicada por el grupo. La secta fue responsable de un ataque el 20 de marzo de 1995, que dejó 13 muertos y 5 mil heridos en el metro de Tokio.
Después de este episodio, los miembros de la secta también hicieron otros ataques fallidos tratando de liberar cianuro de hidrógeno, un gas letal, en varias estaciones del país.
Después de los ataques en Japón, muchas personas fueron detenidas, entre ellas el fundador de la secta, Shoko Asahara.
Trece personas también fueron condenadas a muerte y el líder a la espera de la sentencia.
La secta, fundada en la década de 1980, mezcló las creencias hindúes y budistas con algunas profecías cristianas. Asahara incluso declaró que era Jesucristo y el primer “iluminado” para llegar a la Tierra desde Buda.
La cuestión que se plantea en este momento se debe a que la secta está tratando de renacer en Europa del Este. El evento más grande es la presencia de ex miembros de las Aum en estos países.
Secta terrorista
Aum Shinrikyo está considerada una organización terrorista en Estados Unidos y en muchos otros países, pero Aleph y Hikari no Wa son legales en Japón, aunque están designadas como “religiones peligrosas” y sometidas a una vigilancia especial.
Los sucesores de Aum han intentado distanciarse de los ataques, incluso llevando flores a los memoriales de las víctimas.
Según algunas estimaciones, entre ambas tienen 1.500 seguidores, y algunas informaciones señalan que están creciendo.
Algunos defensores de derechos humanos han defendido a aquellos miembros que no han sido declarados culpables de ningún crimen, diciendo que no conocían los planes de atacar el metro de Tokio.
Pero tienen pocas posibilidades de recibir aceptación social u oficial, a pesar de los intentos de distanciarse de los acontecimientos de hace 21 años.

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