El primer ministro, Biniamín Netanyahu, calificó a los presuntos autores de los incendios como “terroristas” y prometió que tomará medidas duras en contra ellos; mientras tanto, los servicios de bomberos combaten cientos de focos de incendios forestales, algunos de ellos aparentemente provocados deliberadamente.
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Todo incendio provocado deliberadamente o por incitación es terrorismo”, manifestó Netanyahu en Haifa. “Todo aquel que intente incendiar partes del Estado de Israel será castigado severamente”.
El ministro de Seguridad Interior, Gilad Erdan, reveló que se hizo un pequeño número de arrestos; pero se negó a proporcionar información sobre la identidad de los sospechosos o de toda evidencia encontrada.
“Puedo prometerles que estas investigaciones harán todo lo posible para llegar a los pirómanos, pero también a aquellos que están incitando a estos actos”, aseguró Erdan. “Ellos sentirán todo el peso de la ley”.
Sin embargo, más tarde Erdan pareció tomar una postura más suave, señalando que la evidencia de incendio provocado provino de las conclusiones iniciales de los bomberos y no de los investigadores de la policía, debido a que la principal prioridad es apagar los incendios y salvar vidas.
“La evidencia del incendio provocado es sólo de los hallazgos preliminares”, explicó.
La peor parte se la llevó la ciudad de Haifa, en el norte del país, donde unas 75 mil personas se vieron obligadas a evacuar sus hogares debido a los fuertes vientos y el clima seco.
El jefe de la Policía, Roni Alsheich, confirmó que algunos de los incendios fueron provocados deliberadamente, aunque indicó que es improbable que fueran el resultado de una acción coordinada.
Una fuente de seguridad le dijo al Canal 2 de la televisión que cerca de la mitad de los incendios parecen haber sido provocados deliberadamente.
“Quienquiera que esté provocando deliberadamente incendios para dañar a ciudadanos inocentes es un terrorista”, aseveró el líder del partido opositor Yesh Atid, Yair Lapid. “Las fuerzas de seguridad necesitan aplicar mano dura a quien atrapen”.
Israel Hasson, ex diputado de la Kneset (Parlamento) y vicedirector del servicio de secreto Shabak, calificó la provocación deliberada de incendios de “arma de destrucción masiva”.
Hasson indicó al Canal 2 que si los árabes israelíes o los palestinos están detrás de los incendios, representaba una escalada en su oposición a Israel. “No sólo cruza las líneas rojas, sino que quema las líneas rojas”, subrayó.
El líder de la oposición, Isaac Herzog, jefe de la alianza Campo Sionista, calificó la presunta actividad incendiaria de “nuevo tipo de terrorismo”; pero pidió moderación hasta que los incendios se hayan apagado.
“Es importante enfatizar que ahora no es el momento para la recriminación, sino más bien un momento para trabajar juntos y asumir la responsabilidad mutua, ayudándonos mutuamente donde y como sea necesario”, enfatizó.
Los diputados árabes instaron a los políticos judíos a no “incitar” contra la comunidad árabe mientras no haya pruebas de que se trata de actos nacionalistas deliberados.
“Insto a los políticos pirómanos israelíes: Dejen que los bomberos hagan su noble trabajo”, manifestó el diputado Ahmad Tibi de la Lista [Árabe] Conjunta al Canal 2.
“Amamos este país y esta tierra”, expresó, mencionando otros casos en los que los árabes fueron inicialmente culpados por incendios que más tarde resultaron ser accidentales.
Tibi condenó categóricamente cualquier caso de incendio provocado, calificando tales actos de “despreciables”.
Mientras tanto, el Ministerio de Exteriores agradeció a Chipre, Grecia, Rusia, Italia, Turquía, Rumania y Bulgaria por el envío de aviones cisterna para ayudar a combatir el fuego.
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